jueves, 25 de marzo de 2010

Reglas claras, conductas contrarias.


El hombre al agruparse bajo el paraguas de distintas formas jurídicas, que formalmente han sido reconocidas como las asociaciones civiles, partidos políticos por citar algunos ejemplos; los individuos que deciden constituirse en estas formas lo hacen por distintas razones, pero un fin común los une como característica de su religación; el reconocimiento se obtiene por ley una vez satisfechos los requisitos delineados. A pesar de que en estatutos y normatividad adicional que determinen, se fije la organización y su funcionamiento, se presentan fraccionamientos al interior ¿por qué acontece esto?, si el deber ser está más que establecido y por lo tanto debiera continuar el orden.

En le película “Das experimenta” dirigida por Oliver Hirschbielgel en Alemania en el año 2001, nos muestra que bajo condiciones extremas salen a relucir conductas criminales, de tal suerte que hombres comunes y corrientes que podemos encontrar en la calle, en un taxi, en la escuela, en el trabajo, se “transformen” y asuman personalidades totalmente diferentes a las que cotidianamente pueden estar presentando, si las condiciones no cambian drásticamente, como en el caso de los 20 hombres que son sometidos a un experimento acerca de la conducta humana y ver su reacción al encontrarse bajo ciertas reglas dentro de una cárcel ficticia.

Cada sujeto participante del experimento debió haber concientizado que se trataba de un mero “juego”, pero la naturaleza del mismo no le permitió ver que todo pudo haber sido menos gravoso si cada uno hubiera hecho el papel que le correspondía sin caer en excesos; en principio cada uno de ellos asumió estar de forma voluntaria en esas vivencias de forma temporal. Cuando en un grupo se transgrede lo pactado invariablemente generará un problema que si no se sabe parar a tiempo y de la mejor forma, traerá graves consecuencias.

Las tendencias hacia lo criminal están determinadas por diferentes factores que van desde los genes, el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión.[1] El caso planteado en el filme es una muestra de lo que las situaciones al límite, pueden determinar el comportamiento cada persona, sea que saque lo mejor de sí misma o bien lo más vil de cada uno, como dijo Thomas Hobbes en su obra “El Leviatán” que el hombre es el lobo del hombre.
[1] Vid. Lombroso, César, "El delito. Sus causas y remedios". Traducción de Bernaldo Quirós. Ed. Victoriano Suárez. Madrid, 1902.

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