viernes, 19 de marzo de 2010

Costos de la modernidad.



El 18 de marzo de 1938 el Presidente Lázaro Cárdenas anunció la expropiación petrolera como resultado de una serie de problemáticas que se habían presentado en el ámbito social, ya que las empresas extranjeras que en ese entonces tenían en sus manos la industria petrolera trataron de impedir la formación de sindicatos, así como las condiciones laborales de los trabajadores no eran la óptimas; la soberanía se habría puesto entre dicho si se hubiera permitido que los extranjeros pasaran por alto el derecho de huelga a los trabajadores, así como el pago al que fueron condenados los empresarios hacia los trabajadores, la expropiación fue una decisión que se tomó como una forma de resolver un problema social y económico.

Son 72 años ya que el Gobierno mexicano ha sido formalmente el titular del recurso natural y de su explotación del llamado petróleo, que además nos ha colocado en un atractivo de inversión, y que actualmente de facto las cosas han cambiado, de ahí las reformas constitucionales que se han dado para permitir que capital privado tenga participación en la explotación del petróleo, pero “no se privatiza” dijo el Presidente Felipe Calderón. El Dr. Jaime Cárdenas, en su momento expresó que las iniciativas presentadas por el Ejecutivo respecto al tema eran “inconstitucionales”[1] por contravenir a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y restar atribuciones al Poder Legislativo, y otorgar permisos a particulares para construir y operar refinerías. También comentó que se abre paso con ello a que uno de los hombres más ricos del mundo como Carlos Slim tenga participación en la industria petrolera.

El actual sistema jurídico permite a los más poderosos económica y políticamente justificar sus acciones y direccionar en mucho el destino de nuestro país, este es un costo elevado de la modernidad, pero así “funcionan” las cosas, en medio de extremos entre pobres y ricos.

Orgullosos como mexicanos nos sentimos al contar con reservas naturales como el petróleo, y de nuestro territorio en general no se diga, una diversidad en su ecosistema que no se ha sabido explotar, pero que está presente y que desafortunadamente por falta de conocimiento y poder económico, político y social, somos llevados al mundo de la globalización sin estar preparados para ello.
[1] http://www.eluniversal.com.mx/notas/508200.html, consulta del 18 de marzo de 2010.

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