martes, 2 de marzo de 2010

Los aldeanos ¿en busca de una vida mejor?

La película “La aldea” se desarrolla en un ambiente de incertidumbre para los protagonistas, éstos se apartan de las ciudades para establecer sus propias reglas con el afán de conservar la inocencia, esto es lo que los une. Resalta la naturaleza del hombre en sus tres aspectos; la fragilidad, la soledad y el miedo; aunque cabe señalar que este último se acentúa con la idea de que alrededor de la aldea, en el bosque existen seres innombrables que no desean ser invadidos en su ambiente y que si se sigue esa regla, los aldeanos no serán dañados.

Unos son los que deciden apartarse, dónde establecerse y cómo vivir a partir de su alejamiento de la civilización, lo cual ha sucedido una y otra vez en nuestra realidad, vemos cómo los que tienen poder, sea político, económico, social y/o religioso, establecen lo que debe ser, inoculan dogmas, unas veces funcionales y otras no.

En particular lo que me llamó más la atención acerca de la película fue el hecho de que no importando lo que pensaban o sentían los que no eran parte del consejo, ellos hacía creer que así debían vivir, en la limitación territorial que había establecido ese grupo llamado consejo, a pesar de poner en riesgo la salud y aun la vida por no contar con los elementos que hicieran más factible la curación en caso de enfermedad. Se suponía que el dinero pierde a la gente, que el peligro en las ciudades era mayor, pues los integrantes del consejo habían sufrido actos de violencia en sus seres queridos cuando vivían ahí; es entonces cuando me pregunto ¿qué no era violencia el hecho de infundir miedo? haciendo creer a los demás en la existencia de seres que no se podía ni si quiera nombrar, verdaderamente egoísta la actitud de algunos que por miedo consintieron en vivir de una manera determinada.

Qué decir de uno de los principales en el consejo, que en lo recóndito de su ser se ocultaba una pasión hacia otra persona que no era precisamente su esposa, ¿esto no se contrapone a la inocencia?, al grado de llevarlo a exponer su hija a un peligro que resultaba mayúsculo, dadas las capacidades físicas de la misma, que era el no contar con la visión, lo cual la ponía en desventaja material con respecto de los que sí contaban con sus cincos sentidos. En el mismo plano se encuentra la mentira, ¿es pérdida de la inocencia? o¿el fin justificó los medios en este caso?

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