domingo, 4 de abril de 2010

Reinserción a la sociedad

Hace algún tiempo, estuve visitando los reclusorios y la penitenciaría del Distrito Federal, por cierto, una experiencia bastante agradable y enrriquecedora, el convivir con los internos es una vivencia que jamás se olvida. La reinserción de los que han sido declarado culpables no es real, la cárcel representa la universidad del crímen, no hay rehabilitación alguna por parte de quien legalmente tiene la atribución para ello, esto como resultado de varios aspectos, entre ellos la corrupción y el real interés de que esto suceda. Si alguno al salir de prisión ha logrado cambiar de hábito de vida se debe a algunas personas pertenecientes a asociaciones civiles que a pesar de las limitaciones que tienen para accesar y apoyar a todos los internos, han logrado un cambio de vida en los procesados.

La modernidad no ha logrado que los índices de criminalidad disminuyan, por el contrario, han aumentado, pues el que se ve más afectado por los grandes capitales es el que menos tiene, aunado a los problemas de educación, cultura, alimentación, falta de empleo, etcétera.
Viajando en el transporte público he tenido la desfortuna ya en alguna ocasión de ser víctima de la delincuencia, del robo a mano armada; quién no lo ha sido con el clima de violencia que estamos viviendo en México, para muestra sólo basta ver los noticiarios que diariamente arrojan saldos negativos, muertes por doquier, tal pareciera que nos estamos acostumbrando y que un muerto más es normal, pero en realidad no es así, por el contrario, hay una enorme preocupación en la población, el Estado se ha visto rebasado frente a esta problemática.


Al hablar de reinserción es referirse a la integración de un individuo en la sociedad, ubicarlo en el lugar que le corresponde, como si en un momento alguien determinó ponerlo en otro lugar que no era el suyo; la realidad es que el que delinque no está acorde con el resto de la sociedad que tácitamente se alinea a las reglas establecidas, aunque sea por temor a la sanción que le conlleva el hecho de no ajustarse a la norma establecida. La reinserción no existe en la realidad, otro es nuestro cantar, el problema se agrava al sentenciar al declarado culpable, sobre todo porque se trata de delincuentes con poca instrucción, sin principios, provenientes de familias desintegradas en su mayoría, pero hay otros delincuentes llamados "peces gordos" que andan por la vida como si nada pasara, como el político de San Pedro de los Saguaros que aunque comentió un sin fin de delitos, seguía figurando en la política como un hombre de éxito, como si no tuviera nada que incriminársele. Esta es la historia que se repite una y otra vez, por mi parte seguiré poniendo mi granito de arena para qyue esto algún día sea menos peor.

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