lunes, 22 de febrero de 2010

Reflexionando nuevamente sobre la realidad.


Partiendo de la existencia de varias realidades a la vez, lo que ha estado sucediendo en algunos lugares de México con respecto a la lluvia, ésta ha causado estragos como inundaciones y deslavamientos de tierra, lo cual ha implicado verdaderas desgracias a familias enteras, sobre todo se ha dejado ver en aquéllas zonas donde se encuentran los asentamientos humanos más pobres económicamente, tal pareciera que hasta la naturaleza misma se empeña en que el pobre no sólo tenga esta condición, sino que sea miserable.

En días pasados el Ejecutivo Federal, con relación a lo vivido en una de las zonas afectadas como es Angangueo (Michoacán), expresó las siguientes palabras:

“Es tan importante lo del pueblo mágico, no porque se le haya ocurrido a alguien, no es porque querramos creer que con eso la gente va a estar feliz. No, pueblo mágico es porque nos ayuda a que los turistas de México y el mundo sepan que este pueblo es distinto y es más bonito que otros”, defendió el Presidente
[1]

La gente ante estas declaraciones, se manifestó en sentido distinto, ya que un pueblo del cual no se había oído mencionar con tanta importancia, ahora resulta que hasta en algo mágico debe transformarse, de tal suerte que el turismo sea captado por ese poblado, no digo que México por su territorio no se pueda admirar y disfrutar, ya que la naturaleza ha sido bondadosa y podemos deleitarnos en una gran diversidad de ecosistemas, pero el caso no es ese, sino que en situaciones como las que se han estado observando y viviendo por los habitantes de ese lugar llamado Angangueo, nos muestra una de las caras de la moneda: la destrucción del patrimonio de las familias; y el que no está en sus zapatos, puede ver las cosas de diferente forma, lo cual resulta absurdo para esa gente que en momentos tan difíciles como los que están pasando se piense en lo mágico de un lugar, antes que en restaurar lo que han perdido los pobladores, y ver la viabilidad de que puedan seguir habitando dicho lugar. Cada quien en su realidad, y cada quien como le va en la feria. A veces resulta fácil decir desde afuera, pero estar en su realidad no creo que lo sea tanto.



[1] http://www.eluniversal.com.mx/primera/34443.html, consulta del 5 de febrero de 2010.

1 comentario:

  1. Las catastrofes naturales afectan a miles de personas al año, crean depresiones económicas y desintegración familiar, recuerdos dolorosos sin duda alguna.
    Pero no hay que ir tan lejos para darse cuenta del valor del ser humano, dejamos de ver nuestra propia realidad, dejamos de sentir lo que toca a nuestras puertas, entonces valdria preguntarse ¿Qué hay de aquellos a los que nadie quiere ver? Tu los ves...?

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